BARRAU Y BUÑOL, Laureano - Barcelona 1863 – Santa Eulalia (Ibiza) 1957 - Comenzó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde estudió con el pintor Antonio Caba. Después se trasladó a Madrid, donde estudió los antiguos maestros españoles en el Museo del Prado. En agosto de 1884 a los 20 años de edad el Ayuntamiento de Barcelona le concedió la pensión Fortuny, una beca similar al Premio de Roma (que se otorgaba en París), que le dio la oportunidad de estudiar durante tres años en la ciudad eterna a los grandes maestros italianos. Concurrió a varias exposiciones nacionales e internacionales, obteniendo varios premios. Sin embargo, con ese dinero Barrau viajó a París e ingresó en la Academia de Bellas Artes donde se hizo conocer como Lauréane Barrau Tuvo como tutor al pintor Jean-León Gerome En 1885, se traslada a Roma donde empezó a enviar sus obras como pensionado del Ayuntamiento barcelonés. Desde 1887 expuso regularmente en la sala Parés de Barcelona, una de las más importantes galerías españolas del momento, y la más destacada de Cataluña. Ese año de 1887 sorprendió a todos con su gran cuadro La rendición de Gerona, en el que las rígidas fórmulas del cuadro de historia se animan con una palpitación totalmente desusada. En 1888 obtuvo una segunda medalla en la Exposición Internacional de Barcelona. Y consigue un segundo premio en la Exposición Universal de Bruselas. En 1891 a los 28 años de edad, recibe el título de socio del Salón de la Sociedad Nacional de Bellas Artes de París. En 1892 obtuvo una tercera medalla en la Exposición Nacional de Madrid. A partir de este momento, se dedica a toda clase de asuntos con una paleta fresca y una factura briosa y correcta. Las Nacionales de Bellas Artes le concedieron un tercer premio en 1892 y un segundo premio en 1904. Realizó numerosas exposiciones, individuales y colectivas, en París, Barcelona, Madrid, Nueva York y Roma. Viajó por toda Andalucía, y en Sevilla pintó varios cuadros con asuntos de la fábrica de tabacos, que fueron grandemente celebrados, como lo fue siempre su producción general, muy buena parte de la cual pintó en Caldes d’Estrac (Caldetas), donde tenía su casa. En 1909 marchó a Buenos Aires, donde alcanzó provecho y buena fama. Vuelto a su país, siguió trabajando y exponiendo tanto individual como colectivamente en España y en el extranjero. Laureà Barrau obtuvo medallas en las principales ciudades de Europa y hoy sus cuadros cuelgan en museos de España, París, Bruselas, Buenos Aires, Montevideo y Río de Janeiro. En 1911 trasladó su residencia a la isla de Ibiza , donde cautivado por el encanto y la belleza de la isla permaneció el resto de sus días. En 1929 fue nombrado «societaire» de los Salones de París. Hacia 1930, Barrau y su esposa Berta Vallier se instalaron en la casa del Puig de Missa en la aldea de Santa Eulalia del Río, (Ibiza) donde Barrau pintó lo que se consideran sus mejores obras, llenas de luz y color. Permaneció en Santa Eulalia por el resto de su vida. En 1950 presentó su última exposición en la Sala Busquets de Barcelona, donde dio prueba de la lozanía y la entereza de su pintura, que se mantuvo con todas sus antiguas virtudes hasta el último momento. Su obra se conserva en el Museo del Prado, el Museo Getty (en California), el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, su casa-museo en Santa Eulalia (Ibiza), y otras pinacotecas de Buenos Aires, Montevideo, París y Río de Janeiro, además de diversas colecciones privadas nacionales e internacionales como en la Casa Masó en Girona.