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EMILIO GRAU SALA
Puerto de Honfleur, Normandia.
Firmado: restos de firma en el ángulo inferior izquierdo
Gauache y acuarela sobre papel
Obra adquirida por el propietario en Fernando Durán de Madrid. La obra tiene el visto bueno de Dn. Julian Grau Santos, hijo del pintor, y puede Certificarse a voluntad del comprador.
22 x 30 cm | 46 x 53 cm (con marco)



GRAU SALA, Emilio Barcelona 1911 – Paris 1975 Hijo del dibujante Juan Grau Miró, combina su asistencia a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona con una formación esencialmente autodidacta. En 1930 realiza su primera exposición en Barcelona, en la galería Bardrinas de la Ciudad Condal. En 1936, se traslada a Paris, donde se instala en la colonia de artistas españoles de Montparnasse, y éste mismo año obtiene el primer premio Carnegie. En los 25 años que permanece en Paris conoce de cerca las primeras vanguardias, aunque se decanta siempre por una configuración colorista, derivada del impresionismo y del fauvismo. Era una vía asumida por el circuito comercial,superada en cuanto a novedad por el cubismo y el surrealismo, pero se mantenía viva dentro de un alto nivel, gracias a maestros como Bonnart, Chagall y Dufy. De hecho, pronto se dio a conocer en Paris como sucesor del espíritu y los valores impresionistas, directamente relacionados con Bonnart y Vuillard. El éxito de su estilo, llevó a Grau Sala a dedicarse también a la obra gráfica (Grabados, litografías, ilustración de novelas y de carteles), así como a decorados teatrales. La gracia y finura de sus personajes, la vivacidad de sus colores, y la atmósfera elegante de los ambientes que plasmaba, le hicieron cosechar grandes éxitos y reconocimientos por todo el mundo. Celebró diversas muestras individuales, sobre todo en Barcelona y Paris, pero también en ciudades como Nueva York, Toulouse, Londres o Los Ángeles, permaneciendo siempre fiel a su estilo. Tras su muerte, y durante una década, Grau Sala quedó ensombrecido por las múltiples novedades que afluían en la España democrática, pero a partir de los años 90, el nuevo auge del coleccionismo de nivel medio, relanzó a Grau Sala, al entenderle como intérprete en clave española del impresionismo y postimpresionismo. Sus obras se conservan en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente y el Instituto Óscar Domínguez de Arte y Cultura Contemporánea.

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