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Lote 5417

ESCUELA SEVILLANA SIGLO XVII Posiblemente autoría de Matias Arteaga

ESCUELA SEVILLANA SIGLO XVII Posiblemente autoría de Matias Arteaga
"Desposorios de la Virgen y San José"

Óleo sobre lienzo
Ésta obra puede relacionarse con el pintor Matías de Arteaga y Alfaro - (Villanueva de los Infantes 1633 - Sevilla 1703).
91 x 109 cm | 100 x 116 cm (con marco)



ARTEAGA Y ALFARO, Matías - Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) 1633 – Sevilla 1703 – Fue un gran pintor y grabador al aguafuerte que desarrolló su actividad artística en Sevilla. Hijo de Bartolomé de Arteaga. Siendo de corta edad la familia se trasladó a Sevilla, donde se formaría en el taller paterno y en contacto con Murillo, cuya influencia revela su obra temprana junto con la de Valdés Leal, quien se estableció en Sevilla en 1656, el mismo año en que Matías de Arteaga aprobaba el examen de maestro pintor. Un año antes, en 1655, Arteaga había contraído matrimonio con Juana de la Vega, por lo que cabe pensar que ya entonces se había independizado como pintor, aunque nada se sabe de su producción en estos años. En 1660 figuró entre los miembros fundadores de la célebre academia de dibujo promovida por Murillo y Valdés Leal entre otros, de la que llegó a ser secretario. En 1664 ingresó en la Hermandad de la Santa Caridad y dos años después en la Sacramental del Sagrario de la catedral sevillana, para la que realizó algunos trabajos. Viudo hacia 1680, contrajo inmediatamente nuevas nupcias con Juana Isidora y Valdovinos. Para estos años hay constancia también de su trabajo como tasador de pinturas. Entre sus obras maestras, destaca una Aparición de la Virgen con el Niño a santa Rosa de Viterbo, que se conserva en colección privada de Sevilla, firmada y fechada en 1670, en la que sigue modelos murillescos con cierta libertad, es la más primitiva de sus obras conocidas. Pero lo más característico de su peculiar estilo, muy influenciado por Murillo, a quien en ocasiones copia directamente, así como por Valdés Leal, de quien toma las actitudes más movidas, son las series de asuntos siempre religiosos, situadas en amplios paisajes y perspectivas arquitectónicas imitadas de estampas a la manera como también en Sevilla y en los mismos años lo hacía Francisco Antolínez, por lo que no es raro que algunas pinturas, como El nacimiento de la Virgen y Las bodas de Caná del Museo Lázaro Galdiano, se hayan atribuido indistintamente a uno u otro. Hábil en la creación de profundas perspectivas, diestramente iluminadas, en el tratamiento de las figuras y sus expresiones corporales se desenvuelve frecuentemente con cierta torpeza, particularmente si se trata de figuras femeninas, como se observa, por ejemplo, en el cuadro de José y la mujer de Putifar, castamente vestida, conservado en colección privada sevillana formando parte de una serie de cuatro lienzos de la historia del patriarca bíblico. Además de las citadas series de la Vida de la Virgen del Museo de Bellas Artes de Sevilla y las de colección particular, sus obras mejor conocidas se conservan en la catedral hispalense y en la Archicofradía Sacramental de la Iglesia del Sagrario (Sevilla), anexa a la catedral, para la que entre 1690 y 1691 pintó una serie de ocho asuntos bíblicos tratados como alegorías eucarísticas, a la que pertenecen algunas de las obras más características y mejor logradas de su producción, como Ester ante Asuero y la Parábola del invitado a las bodas, junto al San Elías y el ángel que es, por el contrario, trascripción casi literal de la Liberación de San Pedro de Murillo conservada actualmente en el Museo del Ermitage. De entre 1700 y 1702, al final ya de su carrera, data la segunda de las series pintadas para la catedral, formada por los cinco cuadros de la vida de san Laureano colgados en las paredes de su capilla, de los que en el inventario de los bienes dejados a su muerte figuraban algunos estudios. Como otros pintores sevilllanos debió de trabajar también para el mercado americano, atribuyéndosele allí una serie de ocho lienzos en la iglesia de San Marcelo de Lima, procedentes de algún encargo jesuítico, y una serie de la vida de la Virgen en la Universidad de Puebla (México). Matías de Arteaga fue considerado también un gran maestro del grabado.

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