El tema del arte en el retrato, sobre el cual los caballeros de la clase alta se retrataban fue uno de los más recurrentes del siglo XVIII, y más especialmente en la primera mitad de la centuria dentro de la escuela francesa, como bien demuestra el gran número de retratos masculinos de personajes cuyos autores dieron preponderancia a otros géneros artísticos, como la pintura de historia, sin embargo el incipiente coleccionismo alentó la profusión de los cuadros de costumbres y el retrato acaparó la demanda de pintura destinada al ámbito más privado, como reflejo del valor de lo individual en la nueva sociedad.