GRAU SANTOS, Julián – Canfranc (Huesca) 1937 - Su formación artística, tuvo lugar en la Academia de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona, institución que ya en 1966 le concedió un tercer premio en su concurso de pintura En 1957 realizó su primera exposición individual en Zaragoza, posteriormente en París y desde entonces su carrera como pintor ha sido intensa y prolífica, exponiendo su obra en más de 100 muestras por todo el mundo, y recibiendo toda clase de premios. Vivió en París tras la Guerra Civil, donde tuvo la oportunidad de conocer la obra de los impresionistas y postimpresionistas que tanto le ha marcado durante toda su trayectoria. A la manera de los autores postimpresionistas, Grau Santos aplica una pincelada meticulosa, con gran expresividad, atenuando la perspectiva para dejar prevalecer el registro emocional. Transforma el modelo a representar con un dibujo esencialista y constructivo, partiendo de estructuras geométricas como hacía Seurat, y con una manera de distribuir la luz que se acerca a la escenografía teatral. Siguiendo la estela de Cezanne, une dibujo y color en una síntesis radical. Recrea los elementos naturales mediante el color, haciendo que los objetos no existan como tales, y que el dibujo parezca resultado, y no precedente, al uso acertado del color. Grau Santos es uno de los valores ciertamente consolidados de la figuración española, ya desde el último cuarto del Siglo XX. Su carrera pictórica se había iniciado precozmente alentada por la tutela artística de su padre, Emilio Grau Sala y de su madre Ángeles Santos. Con un sólido bagaje de calidad, su presencia pronto devino una constante en las colecciones de instituciones, ferias, museos y primeras galerías, tanto españolas como extranjeras. Los interiores, los fragmentos de su estudio o las vistas de su invernadero, son el telón de fondo de sus temas favoritos, alacenas, jardines, bodegones y marionetas. Paralelamente, goza de unas reconocidas dotes para la interpretación de la figura humana, lo cual le sitúa indiscutiblemente entre los mejores retratistas actuales. Esa misma sutileza y distinción fue el hilo conductor con el que durante muchas semanas llenó con sus ilustraciones las páginas del semanario "Blanco y Negro", un clásico de la ilustración en la prensa española.